jueves, 11 de septiembre de 2008

Hidroterapia de colon

Ya que la mencioné en mi anterior entrada quisiera profundizar un poco más en esta terapia para todos aquellos que no la conozcan.
Se trata de una terapia muy concreta y puntual que solo se oferta en las clínicas privadas y por tanto suele costar un piquito.

Se presenta como un proceso de depuración que permite la mejoría de aquellos síntomas relacionados directa o indirectamente con la deficiente evacuación intestinal. Durante 45 minutos se suministra al paciente continuas irrigaciones de agua templada y filtrada vía rectal, seguidas de vaciados. El tratamiento se suele prolongar hasta tres sesiones, una por semana. Teóricamente el resultado final se caracteriza por una sensación de ligereza y bienestar muy notable, y mucha gente que ha pasado por la experiencia así lo corrobora. Sin embargo, considero que no siempre es así. Hay que puntualizar que en ningún caso se trata de una terapia perjudicial. Pero algo que normalmente no se menciona en los folletos publicitarios es que dicho tratamiento implica una destrucción de la flora que luego los terapeutas intetarán paliar mediante la recomendación de una dieta específica. Por supuesto no todos los pacientes reciben igual este arrasamiento. Muchos intestino-irritables recurren a la hidroterapia en un intento desesperado de aliviar sus síntomas, con el intestino peleón y la flora en mal estado. Este tipo de paciente con el intestino ya desequilibrado puede experimentar durante el proceso molestias y dolores típicos de la diarrea aguda. Además, si sufre de acumulación de gases, estos pueden hacer la terapia un poco más complicada porque a veces taponan la salida del agua. No obstante, nunca las molestias vendrán del tratamiento en sí que es de lo más inocuo que existe sino, como ya he explicado, del propio intestino sensible al tránsito y ya desequilibrado.

Conclusión: el tratamiento no es agua de mayo para el intestino en el caso de SII porque uno se va con el mismo intestino disfuncional y con la flora algo más revuelta aunque, eso sí, un poco (bastante) más vacío. En ese sentido viene muy bien para evitar durante un par de días ese síntoma de plenitud tan molesto y característico del SII.