jueves, 28 de agosto de 2008

Paliativos 2, el agua


Es tu sustancia cómplice. En todos sus usos será beneficiosa.
Beber agua en abundancia es la recomendación por excelencia. Ayuda a la movilidad, y elimina toxinas aunque no hay que pasarse y arrasar la flora intestinal a base de continuos tsunamis. Creo que de un litro y medio a dos al día es la cantidad recomendada por los expertos.


En el exterior el agua también es muy beneficiosa. Un especialista en Síndrome de Intestino Irritable me recomendó una vez que acudiera a balnearios. Desde luego cuidarse así es ideal pero no siempre factible. Los balnearios no son un recurso para todos los días ni para todo el mundo ya sea por tiempo o por dinero. Sin embargo, con acudir al polideportivo más cercano es más que suficiente. Baratas y climatizadas, las piscinas cubiertas son una estupenda opción. Uno puede nadar a su antojo aunque de vez en cuando se encuentre al típico y apremiante pesado que se cree entrenando para los olímpicos. Nada que la división por calles no pueda arreglar.
Media hora de piscina y te sentirás maravillosamente flotante el resto del día, una sensación de la que tristemente se nos suele privar a los sufridores intestinales. La pesadez es nuestra realidad.
Muy relacionado se encuentra también la hidroterapia de colon pero no me atrevería a incluirla aquí como paliativo. Se utiliza como tal y mucha gente habla maravillas de sus resultados en un sentido inmediato. Sin embargo, no todo el mundo sale de la consulta con una sensación de "maravillosa ligereza" sino de "revoltijo intestinal". Y es que alguien que tiene la flora arrasada y su intestino es como una tierra de nadie no le va a venir especialmente bien llenárselo de agua y vaciárselo continuamente durante casi una hora. Puede sentirse más vacío una vez finalizado el proceso pero el problema sigue estando ahí sobre después de darle una buena tunda acuática al intestino.